Con un elenco encabezado por la bailarina de Axé, la brasilera Paloma Fiuza ,
un actor cubano totalmente desconocido y la ex-diputada y cantante Silvana
Ibarra, y luego de la persistente publicidad en radio, vallas, televisión, e
incluso varios encuentros del elenco para firmar autógrafos en Quito y
Guayaquil, se estrenó el 20 de agosto del 2007 , bajo la producción de
RTS
en el horario de 19:30
SINOPSIS
En 1987, en algún lugar cerca de Guayaquil, una tribu de gitanos presencia con desprecio el rechazo del líder Calimán a una mujer obsesionada con él. Flor de Luna no encuentra la manera de llamar su atención y les dice a los hechiceros de la comunidad que sería capaz de vender su alma al diablo por ser la mujer de Calimán. Los dos brujos no le permiten hablar de demonios, pero sí la mueven a que entregue todo a la luna.
Cuando Calimán rechaza a la gitana, ella le ofrece a la luna su primer hijo a cambio del amor de él. La luna concede el deseo y le da una hija blanca, pero el padre, que es negro, no la acepta. Calimán asesina a su mujer en el agua. La luna lo ve y lo mata a él. La pequeña queda flotando en el agua y llega en un moisés a las orillas de la casa de un hombre que está a punto de suicidarse. Este ve a la pequeña como una señal, la acoge, la bautiza como Lucía, por la luz de la luna, y la lleva a vivir al Brasil, detalle con el que se justifica fácilmente el acento de Paloma.
Tras quedarse huérfana de madre, Lucía tiene que soportar los maltratos de su madrastra, como en el tradicional cuento de La Cenicienta.En el marco de la historia, Lucía no solo tiene que enfrentarse a los conflictos con su madrastra y hermanastras, sino -además- luchar por el amor de un hombre.
Sobre la Novela:Pésima producción de RTS, una de las peores, por no decir el peor intento de telenovela en el Ecuador.
Mala y forzada interpretación de Paloma Fiuza... por que actriz no es... por eso no se emplea el término Actuación.
Teherán Aguilar, el cubano traído exclusivamente para la novela dejó un mal sabor de boca... sin carácter no transmite nada.
Y el regreso de Silvana, luego de 17 años de ausencia en las pantallas no sirvió de mucho, llegándose a proyectar de manera sobreactuada.
Pésimo y estruendoso sonido, serios problemas de musicalización. Llenaba cada silencio con melodías estruendosas que dificultan la fluidez de los parlamentos.
Las escenas son redundantes y la actuación en su mayoría es forzada.
Faltó Fluidez y en la trama siendo lenta y algo absurda, mala adaptación y poca imaginación de el cubano Ernesto Ruenes, escritor y guinista de la trama.
Un mal paso por las pantallas ecuatorianas que jamás deseariamos ver.
